-NUEVO REGLAMENTO DEL PLAN DE ESTUDIOS-
Manifestamos nuestro rechazo a la aprobación del
Reglamento para el nuevo Plan de Estudio de Abogacía-Notariado, en primer lugar
por la forma en que este es aprobado: un 29 de diciembre, evidentemente hace
rato terminaron los cursos, y una vez más sin consulta alguna al estudiantado.
1) Este Plan, hecho por un grupo docente de forma
inconsulta, con el decano a la cabeza y apoyado por la CGU, repite el mismo
proceder antidemocrático al que nos tienen acostumbrados en Facultad Frezelmi y
CGU.
2) Frezelmi, que se muestra contrario al nuevo
Plan, orquestó junto a las elecciones gremiales un plebiscito para votar por
“No al Plan nuevo”, sin embargo en ese momento el nuevo Plan ya había sido
aprobado y se estaba en la etapa de implementación, cuestión que denunciamos
anunciando que dicho plebiscito tendría efecto meramente simbólico como a la
postre sucedió (*). A su vez, Frezelmi no sabe explicar a qué se refiere con el
“no al vaciamiento”, pareciendo que alude a una “fuga de contenido de la
carrera de grado a los posgrados”. Es preciso recordar que Frezelmi también
aprobó un plan de estudios a espaldas de los estudiantes: el plan de RRLL y
RRII y los compañeros que estudian estas carreras hoy padecen grandes problemas
a la hora de cursar. En el Consejo del 29/8 también se supo que Frezelmi ha
asistido a algunas de las comisiones de elaboración del nuevo Plan y a
comisiones para su implementación.
3) En realidad, Frezelmi y CGU compiten en busca
del rédito político de ser quienes aprueben el nuevo Plan de Estudio de
Abogacía-Notariado. Por eso Frezelmi presentó la moción de postergar su
aprobación hasta el 2018 en el consejo del 29/8, con el fin de poder cambiar la
correlación de fuerzas en el Consejo en las elecciones universitarias del 2018.
4) Decimos claramente que este Plan es elitista
porque, como manifestó el propio profesor Gerardo Caffera (uno de los adeptos
al Plan), “el aumento de la carga horaria será de un 12,5%”, por lo que
dificultará el acceso y la cursada de un estudiante trabajador o hijo de trabajadores,
a lo que se suman las otras dificultades que hoy tenemos los estudiantes como
lo es el acceso a los materiales de estudio. Pero, como si fuese poco, se
ofrecen como paliativo para quienes estudiamos y trabajamos los cursos
semipresenciales (con las TICS de por medio) o dar las materias libres,
privándonos de la riqueza de las clases presenciales y contradiciéndose al
decir que es “insustituible la experiencia vital del aula”. ¿Será que se
pretende esa experiencia para unos pocos? Para rematar, los cursos
semipresenciales se verán limitados por cupos que el Consejo determinará
atendiendo a la cantidad de docentes, de modo que también los cupos nos
invaden, aun en los seminarios (no se podrá superar el número de 50
estudiantes).
5) Del Reglamento también se desprenden
consecuencias desfavorables para los estudiantes, al exigir la asistencia
obligatoria (solo se podrá tener el 25% de las inasistencias de los clases
presenciales) o la implementación de la sanción si no se desiste de la
inscripción a un examen, lo que muestra la política retrógrada de las
autoridades de Facultad.
6) Asimismo este Plan instaura los créditos. Los
créditos son una unidad de medida pensada para ajustar la carga horaria de las
materias. Es la forma de implementar la “flexibilidad curricular” y la
“construcción del propio trayecto por el estudiante”. De hecho sirve para
marcar el perfil del estudiante estimulando dentro de un menú de opciones el
trayecto hacia materias con más créditos o para que el estudiante se
“especialice” como si un área del Derecho deba estudiarse necesariamente
separada de las demás. Pero ese valor puede variarse simplemente alterando la
carga horaria ya que la fórmula de la ordenanza de grado es 15 hrs (de clase,
más una ponderación de estudio fuera de la clase) que equivaldría a 1 crédito.
El Plan vigente tiene una carga que equivaldría a 400 créditos y el que se
propone tiene una carga de 450 créditos. Para “adaptarse” a los lineamientos de
la ordenanza de grado (que marca que el volumen de créditos tiene que estar
entre 80-90 créditos por año), en la propuesta de Plan de Estudio nuevo se
busca el volumen mayor (90 créditos).
7) La experiencia concreta de reformas de planes de
estudio, para acoplarse a la ordenanza de grado, en otras facultades como Psicología,
Comunicación, ha sido más que negativa para el estudiantado. En nuestra
Facultad, a lo anteriormente mencionado cabe agregar que se achica la carrera a
cinco años y se semestralizan materias que hoy en día son anuales, nos resulta
impensable cursar, por ejemplo, Procesal o Público en un semestre ya que o se
concentra mucho contenido en tres meses y medio o se aumenta la carga horaria
semanal de cada materia.
8) Un argumento usado por los docentes en aquella
sesión de Consejo es el siguiente: “la combinación de los cursos del área
social con las materias dogmáticas, diferenciando la dogmática jurídica de la
praxis jurídica. Se instalará a través de módulos de “análisis crítico” en las
materias dogmáticas, la interacción con las materias sociales, que hasta ahora
están separados, son módulos que se insertan en las materias dogmáticas que se
conectan con la economía, la sociología, la ciencia política…”. Además habrán
“talleres prácticos”. Y también se refieren a “generar intelectuales críticos
en la Facultad” y “generar excelentes profesionales” o que los tiempos han
cambiado y que el Derecho debe acoplarse y hacerse “moderno”. Ahora bien, ¿los
docentes que siguen esta línea esperaron a reformar el Plan de Estudio para
trabajar los contenidos desde una perspectiva crítica?, ¿es acaso este nuevo
Plan de Estudio, sumamente elitista, el que se sustenta en un paradigma
crítico?, ¿estos profesores, que mucho hablan de crítica y reflexión, no están
avalando la mercantilización de nuestra profesión al estar a favor de la
puntuación de nuestros conocimientos a partir de los créditos?
Reafirmamos:
- el rechazo a la Ordenanza de Grado de 2011, con
su sistema de créditos proveniente de Europa, del Plan Bolonia de los 90,
impulsada por el rector Arocena y continuada por Markarián, a la que nadie
cuestiona y hasta fue aplaudida (Frezelmi afirma siempre estar a favor de la
reforma), que es la que obliga a reformar los planes de estudio.
- la denuncia de que este Plan de Estudio elitista,
con una gran carga horaria, complicará a los estudiantes que estudian y
trabajan, y más cuando el gobierno descarga la crisis sobre el pueblo
trabajador como lo demuestra comenzando el año con un tarifazo; y más aún
cuando ya pasaron 3 años del escandaloso operativo policial que trajo como
resultado mayores dificultades para acceder a los materiales de estudio, pese
al verso de la campaña #derechoaestudiar que luego de las elecciones universitarias
terminó acordando con la Cámara Uruguaya del Libro que solo se pueden
fotocopiar 30 páginas.
- la incertidumbre que a todo estudiante le ha
generado esta inconsulta reforma en lo que respecta a los contenidos y a las
condiciones materiales en que se desarrollará, en el marco del ya insuficiente
presupuesto para nuestra Educación, por el que nos encontraremos peleando junto
a los trabajadores y las trabajadoras en el 2017.
- nuestro compromiso con los estudiantes de seguir
denunciando las reformas inconsultas como lo hicimos en el 2015, cuando se
presentó la reforma, y le dijimos a Uriarte en la cara que este es un Plan
elitista (lo que quedó registrado en el propio video de la Facultad), y lo
seguimos haciendo en el 2016 en cada instancia, publicación, declaración…
- nuestro compromiso de seguir peleando para que
hayan ámbitos de real participación como lo son las asambleas y de que, si hay
que tomar medidas de lucha en serio para frenar las reformas inconsultas, allí
estaremos.
- nuestra firme convicción de estudiantes y
profesionales al servicio del pueblo.
Por una Facultad con igualdad de derechos y
oportunidades para todos los estudiantes.
¡Por una Educación Científica, Democrática y
Popular!
Mayo 68 CED – ASCEEP – FEUU
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