Teniendo en cuenta lo siguiente:
- El Consejo, de la mano de Uriarte, no procedió a
la petición del orden estudiantil de tratar primero en el orden del día el
punto plan de estudio, cuando era el tema convocante a quienes fueron a
presenciar el Consejo.
- La moción presentada por Frezelmi para postergar
la votación del nuevo plan de estudio para el 2018 se basó en los argumentos de
“no al vaciamiento”, sin poder explicar a qué se refiere cuando habla del
mismo, parece aludir a una “fuga de contenido de la carrera de grado a los
posgrados”. Dicha moción consistió en “defender el NO” (resultante del
plebiscito al que convocaron junto a las elecciones gremiales), de modo que los
consejeros por el orden estudiantil estarían mandatados a votar la postergación
por el CED. Como si fuera poco, de forma insólita, Frezelmi manifestó la
necesidad de espacios de discusión, cuando en realidad ese tipo de espacios no
son del interés de quienes tienen la conducción de nuestro Centro de
Estudiantes, ya que hacía 14 años que no habían asambleas y nunca se convocó a
una extraordinaria para tratar el tema plan de estudios, pero en cambio sí se
convocó a una para legitimar las cuentas turbias del CED con los consultorios
jurídicos.
- CGU no votó la moción de FREZELMI alegando que el
estatuto no lo obligaba a ello. Tanto CGU como Frezelmi hacen referencia al
Estatuto del CED, luego de olvidarse de que existía y no dárselo a conocer a
los estudiantes, pero violándolo sistemáticamente. CGU usó argumentos burdos
como referir a quién ha ido o no a la Universidad de Montevideo y afirmando que
la defensa de la educación pasa solo por no haber ido a lo privado. ¿Acaso se
acordaron estas agrupaciones de la defensa de la educación pública el año
pasado a la hora de defender el presupuesto destinado a ANEP y UdelaR o este
año contra los recortes? Más bien CGU tiró la discusión solo hacia los
contenidos del plan.
- El fondo de todo esto es que Frezelmi y CGU
compiten en busca del rédito político de ser quienes aprueben el nuevo plan de
estudio de abogacía-notariado. Por eso Frezelmi presentó la moción de postergar
su aprobación con el fin de poder cambiar la correlación de fuerzas en el
Consejo en las elecciones universitarias del 2018. Frezelmi aprobó los planes
de RRLL y RRII a espaldas de los estudiantes, quienes hoy acarrean con
problemas a la hora de cursar. Y también se supo que ha asistido a algunas de
las comisiones de elaboración del nuevo plan y a comisiones para su
implementación.
- Como lo manifestó el profesor Caffera en su
argumentación, el aumento de la carga horaria será de un 12,5%. Los estudiantes
que somos críticos de este aumento no es porque “querramos la carrera fácil”,
como se ha dicho, sino que no queremos una carrera a la que no pueda acceder un
estudiante trabajador o un hijo de trabajadores, como se viene profundizando
últimamente con la falta de acceso a materiales de estudio.
- Con este nuevo plan se levanta a la ordenanza de
grado. El plan vigente anterior tiene una carga que equivaldría a 400 créditos
y el que se propone tiene una carga de 450 créditos. Para “adaptarse” a los
lineamientos de la ordenanza de grado (que marca que el volumen de créditos
tiene que estar entre 80-90 créditos por año), en la propuesta de plan de
estudio nuevo se busca el volumen mayor (90 créditos). Hay un aumento de las
opcionales (de ser una actualmente pasarían a ser cuatro más) y pasan a formar
parte de los institutos. Además, en vez de tener una formación integral, el
plan prevé que ya haya una especificación desde el primer año en una rama del
Derecho.
- Otro argumento usado por los docentes (que se
basan en el plan de estudios del 71) es “la combinación de los cursos del
área social con las materias dogmáticas, diferenciando la dogmática jurídica de
la praxis jurídica. Se instalará a través de módulos de “análisis crítico” en
las materias dogmáticas, la interacción con las materias sociales, que hasta
ahora están separados, son módulos que se insertan en las materias dogmáticas que
se conectan con la economía, la sociología, la ciencia política…”. También
habrán “talleres prácticos”. Las respuestas del orden docente consistieron en
seguir defendiendo a ultranza la reforma del plan de estudios bajo argumentos
como: “generar intelectuales críticos en la Facultad” y “generar excelentes
profesionales”, que en nada consideran los reclamos estudiantiles. Además,
sustentaron su discurso bajo la idea de que los tiempos han cambiado y de que
se han dado cambios sociales y el Derecho debe acoplarse y hacerse “moderno”.
Ahora bien, ¿los docentes que siguen esta línea esperaron a reformar el plan de
estudios para trabajar los contenidos desde una perspectiva crítica?, ¿es acaso
este nuevo plan de estudios, sumamente elitista, el que se sustenta en un
paradigma crítico?, ¿estos profesores, que mucho hablan de crítica y reflexión,
no están avalando la mercantilización de nuestra profesión al estar a favor de
la puntuación de nuestros conocimientos a partir de los créditos?
- ¡Claro que es “una cuestión política”!, tal como
se encargaron de dejar en claro, decir que sí a una reforma que introduce los
créditos, aumenta la carga horaria y que complicará la vida de muchos
estudiantes, no priorizándose el acceso a la educación, eso sí que es una
decisión política, de la cual tendrán que hacerse cargo quienes lo proponen.
- En particular el profesor Caffera, de forma
oportunista, planteó hacer un “congreso organizado por la Facultad” para
discutir el tema de la implementación entre todos los órdenes, cuando en
realidad este plan de estudios lo hizo un grupo docente de forma inconsulta,
mismo proceder antidemocrático que han tenido Frezelmi y CGU.
- Finalmente, se resolvió continuar con este nuevo
plan, trabajando su implementación en comisiones, sin postergación. El plan de
estudio está aprobado, lo que se está discutiendo es su implementación. Por tal
motivo no participamos del plebiscito pasado, cuyo resultado anunciamos que
sería simbólico.
Reafirmamos:
- el rechazo a la Ordenanza de Grado de 2011, proveniente
de Europa, del Plan Bolonia de los 90, impulsada por el rector Arocena y
continuada por Markarián, a la que nadie cuestiona y hasta fue aplaudida
(Frezelmi afirma siempre estar a favor de la reforma), que es la que obliga a
reformar los planes de estudio.
- la denuncia de que este plan de estudio elitista,
con una gran carga horaria, complicará a los estudiantes que estudian y
trabajan.
- la incertidumbre que a todo estudiante le ha
generado esta inconsulta reforma en lo que respecta a los contenidos y a las
condiciones materiales que se desarrollará en el marco del ya insuficiente
presupuesto educativo.
- nuestro compromiso con los estudiantes de seguir
denunciando las reformas inconsultas (como lo hicimos el año pasado cuando se
presentó la inminente reforma), seguir peleando para que hayan ámbitos de real
participación como lo son las asambleas y de que, si hay que tomar medidas de
lucha en serio para frenar las reformas inconsultas, allí estaremos.
- nuestra firme convicción de estudiantes y profesionales
al servicio del pueblo.
¡Por una Educación Científica,
Democrática y Popular!
Mayo 68 CED – ASCEEP – FEUU
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